La vida me
había dado tantas cosas, tanto amor y felicidad, todo cuanto pude pedir, tenía mi familia que me consentía en todos
los ámbitos posibles e imaginables… pero lo principal: lo tenía a él, a mi
hermano, mi juguete, mi lobo, mi consuelo, mi amigo, mi felicidad, mi Jake…. Y
recientemente tengo una definición más… mi vida.
Pero… cuan
cierto es que uno no sabe lo que se tiene hasta que se lo pierde, el cruel
destino me lo había arrebatado… no eso es mentira yo misma me lo había
arrebatado, yo lo aleje por estupideces, yo fui egoísta, solo lo quería para mí
y el simple hecho de que se fuera con Leah aquella tarde de mi cumpleaños me
destruyó, enloquecí… y a su vuelta mi tristeza y dolor se habían disfrazado de
rabia y odio hacia él, pero yo no lo sabía, y no fue hasta hace 2 meses que me
enteré….
De haberlo
sabido yo habría ido con él, lo hubiera apoyado, le hubiera dado todo en lugar
de herirlo y pedirle que se marchara…. Pero no lo sabía, ni siquiera se me pasó
por la mente que Sam…. había muerto en las vísperas de mi cumpleaños.
Mi padre, mi
familia, todos me lo habían ocultado, según ellos a petición de Jake, siempre
cuestione lo verídico de aquel asunto pero… de haberlo sabido yo… yo no, el
estaría aquí conmigo.
Hoy me
encuentro retornando a Forks, eh tomado 3 aviones para despistar a mi familia,
“UN NUEVO COMIENZO LEJOS DEL DOLOR” era lo único que dejé escrito en un papel
sobre mi almohada, seguramente recién lo abrían encontrado hace 1 hora, dado
que todos estaban de cacería cuando me fui.
Me eh
pasado llorando todo el viaje y no es
para menos, deje todo atrás por Jake sin embargo no me arrepiento, ni siquiera
un poco pero… si Jake me rechaza y me aleja de sí no lo culparía y si eso
pasaba yo me condenaría a estar sin él y sin mi familia, porque yo aleje la
felicidad de mi vida y sin Jake yo no la quería.
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El avión
aterrizo en Port Angeles, pedí indicaciones y tomé un vehículo que me llevara a
Forks, en el camino solo pensé en un lugar para quedarme, de seguro no sería la
Mansión Cullen, ni tampoco donde mi abuelo Charlie, eso sería demasiado obvio,
lo único que se me ocurría era la reservación pero ¿Quién me querría ahí?... nadie,
sencillamente nadie…
Al final me
decidí a ir un hotel, sería algo que nadie esperaría que yo hiciera, o al menos
eso creo. Me hospedé en el hotel más cercano a la reservación con la esperanza
de que el olor a lobo cubriera mi aroma, el hotel no estaba mal, bueno no mal para
mí pero terrible para Alice y Rosalie… mi tía Rosalie, a ella sería a quien más
echaría de menos, sabía que ella estaría muy molesta conmigo en estos momentos
pero tengo la esperanza de que me perdone por dejarla yendo en busca de su
“querido Jacob” – sonrío ante el recuerdo de sus incontables peleas
conmigo en el centro.
Me recuesto en
la cama quiero dormir un instante, pero al cerrar mis ojos solo lo veo a él con
la tristeza desbordando por sus ojos y es que el día en que se marchó todo fue
tan… confuso… sí esa es la definición exacta, aquel día había empezado bien,
era mi sexto cumpleaños, ya aparentaba para entonces los 15 años, ese día
estaba tan feliz, y no solo por tener a toda mi familia conmigo en ese día sino
porque apenas hace dos semanas Jake y yo nos habíamos jurado eterna compañía y
desde entonces me había sentido completa, pero todo cambió cuando Leah llegó…
>> Jake y
yo la vimos ingresar a la fiesta en total desnudez y el rostro de Jake se
encogió automáticamente.
- Ness,
ve con tu tía un momento, debo hablar con Leah – me pidió y sin esperar una
respuesta de mi parte se dirigió hacia ella mientras se sacaba su chaqueta para
después ofrecérsela
Debí hacer lo
que él me dijo pero mi curiosidad era tan grande que me escondí para poder ver
lo que pasaba – Leah se colocó la chaqueta y se cubrió como pudo, Jake la
miraba a los ojos mientras rodeaba su rostro con las manos, lagrimas caían de
los ojos de Leah y fue entonces que mi mundo acabó, Jake la abrazaba y Leah
lloraba en su pecho.
Mi corazón
empezó a doler, instintivamente me llevé la mano al pecho al tiempo que sentía
una mano en el hombro, mi padre me había atrapado espiando a Jake, el me sonrió
y dijo que Jake vendría dentro de un rato.
La verdad es
que no entendía muy bien estos sentimientos que estaban emergiendo
“adolescencia vampírica” era como tía Rose se refería a mis cambios de ánimo.
Mi padre me
llevó adentro de nuestra casa, en ella estaba toda mi familia reunida al igual
que algunos amigos que habían asistido, mi padre me dejó ahí y se marchó, mi
madre por otro lado me estrechó entre sus brazos al notar mi estado y no se
separo de mi, Alice y Nahuel insistieron en bailar, accedí a regañadientes, al
pasar 3 canciones le pedí a Nahuel un descanso, el accedió y Alice aprovecho el
tiempo con la presentación de los regalos, habían cosas interesantes, creo, la
verdad es que mi cabeza y espíritu estaban con Jake, los regalos se acabaron y
yo seguía ausente… fue cuando entonces mi padre entro en la habitación con el
rostro compungido.
- ¿Dónde
está Jake? – pregunta mi madre ganándome en realizar esa pregunta
- El…
se fue… - dice mirándome únicamente a mí
- ¿qué?
¿paso algo? ¿el está bien? ¿por qué se fue? – empiezo a preguntar tratándome de
explicar su ausencia
- Renesmee…
el… tuvo que irse con Leah – fuel su simple respuesta
- ¿qué?
¿por qué? ¿por qué con ella? ¿por qué en mi cumpleaños? – no pude evitar que
las lagrimas bañaran mi rostro
- El
te lo explicara cuando vuelva – había dicho mi padre con reproche. <<
“Una lagrima recorre mi mejilla ante el recuerdo, ese día
todo cambio ese día mi corazón se obscureció, ese día inicio el error…”
>>Mi padre había dicho que Jake me explicaría todo
cuando llegara, y de verdad que yo esperaba su regreso pero nunca volvió, pasé
días enteros sentada en la entrada soñando con un día sentir su efluvio y
correr a sus brazos para recibirlo, pero el no volvió y mis esperanzas se
extinguieron.
Pasó un mes, yo llegaba de la escuela y lo sentí el estaba
en casa, pero no estaba solo, Leah estaba con él, mi corazón se encogió pero no
fue tristeza sino rabia lo que lo causó, llegué a su encuentro y lo vi, estaba
tan radiante como siempre excepto por un detalle, aquella sonrisa que siempre acompañaba
a “mi Jake” había desaparecido, ese día se parecía más a mi padre más que a mi
tío Emmet y eso no podía ser posible.
- Renesmee
te ha echado mucho de menos – dijo mi padre
- Me
lo imaginaba – dijo Jake como si hablara del clima y no de mí
- Tendrá
que acostumbrarse a tu ausencia, tienes un deber conmigo y con la manada, por
no mencionar la tribu – dijo Leah con rabia
Edward la fulmino con la mirada
provocando que se encoja, ante lo cual Jacob gruño audiblemente.
- No
te preocupes papá –interrumpí – y tu tampoco Leah, ya me acostumbre a que él no
esté así que tranquila – mire a Jake cuyo rostro mostraba una tristeza de
repente – por mí que se vaya y no vuelva si quiere . dije y empecé a caminar a
la casa
Una mano sujeto
la mía con fuerza impidiéndome el paso, me voltee y vi a un Jake que hasta entonces
desconocía, su rostro era sombrío, sus ojos habían perdido todo el brillo que
antes poseían, y solo expresaban una infinita tristeza.
- Ness
– “Renesmee” le corregí con mi don y automáticamente una mueca de dolor se
dibujo en su rostro – Renesmee ¿puedo hablar contigo? – pregunto de forma
apenas audible.
Miré a Edward y
este asintió y se llevó a Leah de allí, Jake seguía sin soltarme de modo que yo
intente zafarla pero el no me dejó y al contrario me estrecho contra él, yo no
entendía que le pasaba, no entendía el porqué se había ido en mi cumpleaños, no
entendía porque se fue con Leah, no entendía porque no había vuelto hasta hoy,
no entendía su cambio, y no entendía las palabras de Leah… lágrimas bañaron mi
rostro y le devolví el abrazo y le transmití todo el dolor y la incertidumbre
que albergaba en mi pecho, sollozos se escucharon brotar de su pecho y del mío,
era la primera vez que lo veía así de triste y débil y eso me hacía sentir un
hueco en el corazón, me hacía sentir impotente y ya no podía más, necesitaba
respuestas y se las pedí a través de mi don, pero el negaba con la cabeza, yo
sabía que el pensaba que yo no entendería porque a pesar d3 aparentar tener 15
o 16 años el me sigue viendo con mi edad biológica pero soy mucho más que eso,
mucho más.
“Dime” – exigí mentalmente
- Debo
irme Ness, volveré lo prometo pero por ahora debo irme - beso mi frente y
empezó a alejarse.
Mi corazón empezó
a latir de forma más lenta, mis sentimientos se encendieron y el odio y el
rencor se apoderó de mí.
- Jacob
Black, si te vas ahora sin explicarme nada – el volteo a verme – no te molestes
en volver – siguió caminando – bien!!! No te quiero volver a ver nunca! – grité
y corrí a mi habitación lo más rápido que pude mientras mis lágrimas se deprendían
de mis ojos y rodaban por mi rostro<<
Me siento de golpe, ya no quiero
recordar, me prometí que ya no viviría en el pasado, que arreglaría mi futuro y
eso haré, debo pedirle perdón a Jake, debo ir y confesarle mis sentimientos,
esos sentimientos que mi abuela Esmee me ayudó a identificar como amor…
Si, yo amaba a Jacob, por eso los celos,
por eso fue todo pero vaya forma de demostrarlo, debo ir y decirle que lo amo y
que si me lo permite le daría toda mi vida, pero primero debía asegurarme de
encontrarlo y de explicarle todo… y ya no podía esperar ni un momento más.
Me levanté de la cama y empecé a hurguetear
mi maleta en busca de ropa, me decidí por un short, unas zapatillas negras y
una musculosa igualmente negra, me arregle un poco el cabello y salí corriendo
del Hotel.
Una vez afuera decidí que el adquirir un
auto y conseguir un mapa era indispensable, me dirigí a la primera venta de
autos que encontré y me adueñé de un Geep parecido al del tío Emmet, conduje y
conduje hasta que empecé a reconocer algunos puntos claves, llegué a la entrada
de la reservación y aspiré profundamente el olor de este lugar, aparqué el auto
y decidí seguir a pie, distinguí el abundante olor a lobo en el ambiente,
busque el olor característico de mi Jake, a hojas secas y lluvia, no me fue difícil,
el olor era reciente, me adentré en el bosque y empecé a seguir su rastro,
corrí y corrí siguiendo la pista, el olor cada vez era más fuerte, estaba
cerca, muy cerca.
Un crujido de ramas y cuatro pisadas siguiéndome
hicieron que me detuviera, alguien me seguía, para ser más exactos un lobo me seguía,
me detuve esperando que apareciera mientras trataba de identificar ese aroma a
eucalipto y barro, nada, no reconocía el olor.
De pronto estaba de espaldas al piso con
un lobo color arena sobre mí, unos colmillos se mostraron intimidantes adornando
su boca, ¿Quién era? Me parecía familiar, solo esperaba que yo también le
pareciera familiar a él, de lo contrario podía darme por muerta si decidía
no creerme.
Tan rápido como me tacaco se fue y se
escondió tras de un árbol – suspiré, si me había reconocido – un chico con ojos
rasgados salió de detrás del árbol, sus facciones eran infantiles y a la vez
varoniles, ladee el rostro tratando de reconocer esos ojos tan familiares.
- ¿Nessie?
- ¿Seth?
- su voz me había dado la pieza
faltante, si que había crecido.
- Nessie!!
– Seth me estrechó en sus brazos y yo también lo abracé - ¿Cómo has estado? –
preguntó separándose de mí – esta si es una sorpresa, Jake… - su rostro se
ensombreció y no dijo nada más
- Estoy
bien y sí es algo así como una
sorpresa y… ¿Dónde está Jake? – inquirí
- ¿Por
qué tardaste tanto Ness? – pregunto muy triste – de mi hermano… ya no queda
nada, es alguien muy diferente ahora – suspiro – a veces ni lo reconosco
- ¿de
qué hablas?
- Cuando
volvió con Leah después de visitarte el… no era el mismo, era como si hubiera
dejado su humanidad contigo, la manada lo empezó a llamar el Alfa Frío, si ofender
– se encogió de hombros – creíamos que ya no volveríamos a verte, vimos en la
mente de Jake… - hice un gesto para que no siguiera
- Lo
lamento pero… es complicado – miré el bosque, no podía ver a Seth a los ojos
sabiendo que él sabía lo cruel que era yo - ¿puedes llevarme a verlo?
- No
sé si sea buena idea
- Por
favor necesito verlo, yo… lo echo mucho
de menos
- Sígueme
– un lobo apareció frente a mí y emprendió la carrera a una velocidad que yo
pudiera seguirlo.
Corrimos unos cuantos minutos antes de
que la bulla de la población Quileute llegara mis oídos, nos detuvimos aún
escondidos entre los matorrales y Seth me indico con un movimiento de hocico la
casa de Jake, tragué en seco y luego me volví a acariciar el lomo de Seth como agradecimiento.
Salí de los matorrales y me dirigí
directamente a la casa de Jake, directo al grano como dirían, respiré
profundamente tratando de pensar exactamente qué es lo que le diría.
Quería disculparme, quería que me diera
otra oportunidad y quería que cumpliera su palabra respecto a mirar el siguiente
eclipse conmigo.
Me decidí a tocar la puerta, no esperé
mucho para que esta se abriera mostrando
un hombre en una silla de ruedas, cuyos ojos se agrandaron al verme.
- Nessie
– susurro de manera apenas audible
- Billy
– dije y sin más lo abracé y lloré, no me había puesto a pensar que este hombre
tan bondadoso y que yo quería tanto también me odiaría y eso me dolía mucho,
sus brazos me abrazaron como pudieron y unos sollozos de su parte también se
escucharon, me aferré aún más fuerte a él y así estuvimos unos eternos minutos
hasta que él masculló:
- Gracias
a Dios… gracias – se separo de mí – solo tú puedes traer a Jacob de vuelta
- ¿eh?
- El
ya no es el mismo, no desde que se separaron – la expresión de Billy irradiaba
tristeza – pero volviste y es lo importante – me sonrió
- Yo
lo siento, yo no debí
- Shh
no tienes que disculparte conmigo, es más ni con él deberías disculparte, el también
tiene la culpa de lo que pasó
- ¿Dónde
está?
- Con
Leah – Ouh eso si dolió – no tardan en llegar, pasa ponte cómoda hija, iré a
preparar algo a la cocina
- No
te molestes Billy, si tienes hambre yo puedo prepararte huevos con tocino, que
yo me acuerde te encanta eso – el sonrió y dio unos golpes a su estomago
- El
y yo – señalo su vientre – te lo agradeceríamos – le sonreí y sin más me dirigí
hacia la cocina.
Una vez en ella
dejé que algunas lágrimas bañaran mi rostro…
no estaba preparada para verlo y menos para verlo con Leah, no yo no era tan
fuerte, pero Billy se había emocionado y no podía fallarle, yo debía hacerle
frente a este nuevo Jacob del que todos hablaban, debía hacerle frente a mi
pasado y a mi presente y si jugaba bien mis cartas todo saldría bien.
Me lavé mi
rostro en el lavabo y empecé a fritar los huevos y el tocino que primeramente
saqué de la heladera, le coloqué algunas especias que mi abuela Esmee siempre
utilizaba, sin darme cuenta había preparado 3 platos ya y estaba en el cuarto,
claro hice esto pensando en Jake y Leah por supuesto… faltaba solo unos segundos
para que se terminara de cocer el tocino cuando l voz que tanto temí escuchar
se oyó en la sala.
- Papá,
ya volvimos – anuncio Jake
- Oh,
ya veo – dijo un incomodo Billy
- Tu
casa apesta a mujer – señalo la voz de la inconfundible Leah
- Es
imposible, desde hace 2 años eres la única mujer que pisa esta casa – aseguro Jake
aunque escuché claramente que olfateaba el ambiente – huele a ¿Seth? - preguntó confundido – y a tocino
- Debe
ser mi madre entonces - sugirió Leah
- Leah…
debes irte – pidió Billy – necesito hablar asolas con… - dejé caer la espátula
y sote un pequeño chillido
- ¡¿Quién
es?! – pregunto una enfadada Leah y escuche a Billy pidiéndole que no se
acercara pero sus pasos cada vez se acercaban hasta que la ví frente a mí, sus
pupilas se dilataron y me enseño los dientes
- Nessie?
– no me di cuenta de que Jake también se había parado en la puerta de la
cocina, sus ojos negros, me pedí en ellos y fue como si nadie excepto los 2 estuviéramos
aquí, todo lo demás desapareció a mi alrededor